Economía para Incautos #1: Economía, delincuencia y chorreo de argumentos

por tommygun

Primero que todo, disculpen por no estar escribiendo regularmente. Las excusas son las mismas de siempre, así que no los aburriré con eso y solo diré que trataré de que no pase de nuevo, y que está bien si me dejan sin postre.

A cambio de tanta falta, volvemos con una nueva propuesta para el blog. Aquí, los tres individuos que «regularmente» (¬¬) aportamos al blog, y alguno que otro invitado, utilizarán la teoría económica y otras yerbas para comentar temas coyunturales del acontecer nacional con la intención de que quienes no saben mucho sobre el tema puedan entender que está sucediendo a su alrededor, y tomen este nuevo conocimiento cono una herramienta para no estar desprevenidos frente a quienes mueven las piezas del juego de la economía, la política y el mercado. En palabras más claras, educación económica para fortalecer a quien tiene menos poder y acceso al conocimiento, economía para el incauto. Mitad Paul Samuelson, Mitad Paulo Freire.

Y aprovecharemos el desliz del señor Julio Dittborn para comenzar. Claro, es un tema poco ortodoxo y ya un poco pasado como para iniciar una educación económica, pero ya qué, sirve para exponer el tema.

A todo esto, el señor Dittborn ya ha sido atacado por El Economista Marginal, Citizen Almeida y Tercera Cultura, además de Patricio Navia. Y lo han atacado bastante bien, pero les ha faltado esta parte que veremos ahora.

Según Dittborn, la delincuencia en EEUU es baja gracias al famoso «chorreo», esto es, que los pobres se beneficien de los que les llega a partir del crecimiento económico, y del crecimiento de los salarios mínimos, y no a través – podemos inferir – de políticas de redistribución del ingreso. Este argumento se revisará acudiendo a dos fuentes paralelas. Una será un grupo de papers hechos por economistas para tratar de investigar el tema del crimen y su determinación económica. El otro será el Handbook of Crime Correlates, publicado el 2009, y con una orientación más criminológica. Partamos.

1. Economía del crimen

Dentro de la teoría económica moderna el primero en meterse en los temas de criminalidad fue Gary Becker. Aquí una advertencia: todo lo que diga Becker debe ser tomadocon una buena dosis de escepticismo. No de escepticismo a sus observaciones, sino que a las interpretaciones de esta. Desde Gary Becker en adelante, para los economistas la elección de cometer crímenes es una elección racional, individual, entre el costo de pagar el crimen y el beneficio de realizarlo. Por un lado, los benficios son el motín a ganar, y los costos son el costo directo de realizar el crimen, el costo de perder el salario para dedicarse al crimen, y el costo esperado de ser atrapado. El crimen se realiza si el beneficio del crimen sobrepasa un umbral subjetivo en cada individuo, el cual una vez traspasado hace que los individuos estén dispuestos a dejar su educación moral atrás y comenter el crimen. Una buena revisión sobre la teoría, a falta de acceso libre al paper de Becker, es «Crime, Punishment and the Market for Offenses» de Isaac Ehrlich, disponible acá.

Como dije, hay que tomárselo con cierto escepticismo. Si bien es una explicación interesante, ignora temas de sociedad, cultura y desarrollo psicológico que tanto la nueva visión económica del crimen como otras ciencias sociales analizan mucho mejor, además de que el supuesto de racionalidad es un supuesto fuerte. Ya lo es dentro de la economía, y lo es más en otros tipos de interacciones sociales. Sin embargo, toma en cuenta un hecho estilizado de las relaciones entre crimen y desigualdad, y entre crimen y crecimiento. De hecho, en este modelo, los efectos del crecimiento sobre el crimen son ambiguos, mientras que los efectos de la distribución sobre el crimen son más claros. Y tienen la dirección que ustedes ya se imaginan.

Ahora vamos a tomar en cuenta lo que han investigado los economistas. En el trabajo de Fajnzylber, Lederman y Loayza, «What causes violent crime?», analizan datos de panel para varios países – esto es, datos que consideran tanto la dimensión de distintos países como la dimensión del tiempo – en base al modelo básico de crimen recien explicado. Analizan dos tipos de crímenes, robos con violencia y asesinatos, ya que en general, en casi todos los países las definiciones legales de estos crímenes son iguales y, por tanto, comparables. Lo que encuentran es que, dentro de varias otras variables – incluyendo la tasa de crimen en el periodo anterior al análisis, el PNB per-cápita, el crecimiento del PIB del periodo anterior, el costo de los años promedio de educación de los adultos, el porcentaje de población en centros urbanos, fuerza de la ley, y variables de región y de religión – las relacionadas al crecimiento y a la distribución del ingreso son las que siempre se mantienen, junto con el nivel de crimen anterior. De hecho, el crimen es contracíclico, es decir, cuando el país crece, el crimen se reduce, y cuando el país está en recesión, el crimen aumenta, implicando que posibilidades de trabajo y de ganancias legales disminuyen el crimen. Este efecto es especiealmente fuerte para los robos con violencia. Ahora, esto le daría, hasta cierto punto, la razón a Dittborn. Pero el tema no termina acá. Para ambos crímenes, existe una relación inversa entre el crimen y la desigualdad del ingreso. Por lo tanto, países más desiguales, como el nuestro, tienen mayor delincuencia, controlando por el nivel de crecimiento.
De hecho, otro trabajo de los mismos autores, utilizando una serie de métodos estadísticos distintos, encuentra de nuevo una relación, y muy posible causalidad, entre desgualdad y crimen.

Bourguignon en su trabajo de 1999 «Crime as a Social Cost of Poverty and Inequality: A Review Focusing on Developing Countries» también habla de la relación entre pobreza y desigualdad. Dejando en claro que «Incluso cuando hay pocas dudas de que las desventajas económicas siempre han sido una causa importante de criminalidad, éstas con una condición necesaria, pero no suficiente para altas tasas criminales en un grupo social dado» (pág. 81), y que factores sociológicos variados y no incorporables a un análisis estadístico también son importantes, encuentra que la desigualdad y la pobreza generada por un proceso económico inestable, en países en desarrollo, generan aumentos significativo e importantes de la desigualdad que en el largo plazo se pueden volver incluso mayores debido a la «histéresis», el hecho de que el crecimiento del crimen en un periodo puede generar tasas de criminalidad aún mayores en el futuro. Así, si el coeficiente de Gini[1] aumentara en un uno por ciento en un año, esto significaría, sin considerar los otros factores, un aumento de un 3,6% en la tasa de homicidios y un 1,1% en la tasa de robos con violencia, los cuales se deben multiplipar por 3 y 7, respectivamente, para considerar los efectos de largo plazo. El PIB per cápita también es importante para reducir el crimen, especialmente para tasas de homicidios, y el crecimiento del PIB es especialmente relevante para la disminución de robos con violencia.

Finalmente, todos estos trabajos enfrentan el problema de que las tasas de reporte de crímenes tienden a aumentar mientras aumenta el nivel de desarrollo de los países. El trabajo Rodrigo Soares, publicado el 2002 en el Journal of Development Economics, «Development, crime and punishment: accounting for the international differences in crime rates», corrige los datos y encuentra que la distribución del ingreso sigue siendo el factor más consistentemente relacionado con el crimen. El PIB per-cápita no, aunque el crecimiento del PIB afecta a los robos.

2. ¿Y la criminología?

No sabemos mucho de eso, sin embargo, el otro día encontré en library.nu el Handbook of Crime Correlates, de Lee Ellis, Kevin Beaver y John Wright, publicado el 2009. Consideran que la correlación de los factores económicos con el crimen no son tan importantes como otros factores psicológicos, sociológicos y ambientales – un palo en la cabeza al imperialismo económico – y además, si bien la distribución del ingreso y la pobreza tendrían una relación con el crimen, la relación de la situación económica en general sobre el crimen no sería tan clara.

Este es el cuadro del libro. Presionar para ver en mayor tamaño.

Por lo que se puede ver, creo que el tema es harto más complejo de lo que al señor Dittborn le parece. Para peor, la redistribución del ingreso, dentro de las medidas estrictamente económicas, parece ser un factor más relevante para la solución del problema del crimen que el simple crecimiento y el chorreo. Al señor Dittborn se le chorrean los argumentos. Debió haberse tomado más en serio sus clases con Becker en Chicago.
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[1] El coeficiente de Gini es una medida de desigualdad, que entrega un número entre 0 y 100 que entrega un número cada vez mayor mientras mayor sea la desigualdad. El coeficiente de Gini para Chile, sobre el 50, es el más alto de la OECD.

4 Respuestas a “Economía para Incautos #1: Economía, delincuencia y chorreo de argumentos

  1. Hola a todos:

    Quería agradecerles y felicitarlos por el artículo y por su blog: tremendamente esclarecedor. Sigan así… mantener un blog es difícil, pero da muchas satisfacciones.

    Ricardo

  2. Wajajaja, excelente post señor Tommygun, vamos sumando más palos para Dittborn.

  3. Dittborn agarró el dato que más le convenía y dejó de mirar todo el paisaje. Sigo sin entender porqué escribió ese post, siendo que no contaba con justificaciones básicas. Es raro.
    En fin, gran artículo tommygun! Muestras los papers que otros deberían haber mencionado durante la polémica.

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